aeropuerto de madrid t4

¿Quién no tiene alguna hazaña que contar vivida en uno de esos aeropuertos tipo ciudad de 100 000 habitantes que pululan por nuestro mundo global? 
Durante mucho tiempo la T4 del aeropuerto de Madrid fue mi terminal de referencia: espaciosa, grande, moderna, pero con pasillos interminables no aptos para personas con movilidad limitada, por poca que sea. Una arquitectura premiada en varias ocasiones, pero que en su primer día en funcionamiento mostró lo que sería su futuro: maletas perdidas, escaleras mecánicas que solo funcionaban para bajar pero no para subir, lógicamente, autobuses saturados y con retrasos para moverse entre las terminales.
El éxito estaba programado.

He tenido que cambiar de avión muchas veces en la t4 y siempre he vivido alguna sorpresa. La primera, cuando tuve que tomar un tren para desplazarme a la terminal satélite. En este punto la T4 fue pionera. El número de infartos entre los viajeros no he logrado averiguarlo, pero he visto a mucha gente hiperventilando por los pasillos. Ya solo oír T4 me ponía en modo bronca. 

Me perdieron una maleta en un trasbordo en la T4, la primera vez en mi vida. Me había fijado dónde ir a reclamar, pero me sirvió de poco porque hasta el final de la jornada no podían saber  dónde estaba y si estaba la maleta. Me dieron un número de teléfono para llamar más tarde. Así que por la noche llamé a un número que no era ni Iberia ni el aeropuerto, sino de una subcontrata que no me dio más información que la azafata del aeropuerto, pero me dijo algo interesante: la maleta estaba localizada no en Múnich, adonde tenía que ir, sino en Berlin!

¡Qué bonita es la globalización!

Sobre el aeropuerto de madrid, maletas

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