Reencuentro

2025 empezó con buenas noticias. Ahora sé que fueron buenas, pero en diciembre de 2024 no estaba tan claro. A principios de enero me hicieron una segunda operación en la cabeza, la segunda en 5 meses.

La estación de Neurocirugía en el hospital de Großhadern se había convertido en un lugar familiar. Entraba y salía como Juan por su casa.  La operación salió bien y me devolvió la movilidad que había perdido en los dos últimos años.

Cuando fui a Esposende por primera vez después de la operación vi a Billy, que estaba en su terreno con Poncho. No rebuznó, pero, curioso, vino trotando hacia nosotros. Me imaginé que se alegraba y le acaricié desde fuera de la valla de su finca, me sentía aún muy insegura y el objetivo de mi estancia en Esposende era descansar y recuperar la movilidad, así que traté de evitar situaciones peligrosas. Volver a acariciar a Billy, tan manso, fue muy bonito, pero no le di las manzanas que a él tanto le gustaban para evitar situaciones peligrosas.

Fue extraño y a la vez grato volver a Esposende y poder andar por lugares por los que llevaba tiempo sin hacerlo. Estaba feliz, los vecinos del pueblo que me conocían se alegraron mucho de verme caminando. Era como volver a vivir, aunque mis problemas neurológicos siguieran  ahí y el futuro todavía fuera una incógnita. Pero por otra parte el futuro de todos es una incógnita, así que estaba en la misma situación que todos los mortales y mientras me sintiera bien, quería disfrutar.