Corren malos tiempos para los emigrantes en todo el mundo. Se les considera culpables de todo lo que no funciona, que es mucho, y los principales partidos los utilizan en función de sus intereses.

Por eso quiero hablar de una persona, Luis Gulín Iglesias, que ha dedicado gran parte de su vida a apoyar y ayudar a los llamados «retornados», emigrantes españoles que marcharon en los años 60 y 70 a otros países europeos, especialmente a Alemania, para crearse mejores condiciones de vida, y que cuando volvieron a España tuvieron que hacer frente a una serie de cuestiones burocráticas para las que no estaban preparados.  Y ahí estaba Luis para apoyarles.

Él mismo nació y creció en Hannover. Sus padres habían emigrado en 1962 de Galicia, tierra de emigración por excelencia, a Alemania, al estado de Hessen. Más tarde fueron a Hannover, donde nació Luis. En Hannover también hizo dos bachilleratos: el alemán y el español, el INBAD, en la Casa de España de esta ciudad. 

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En Alemania su madre trabajó  de auxiliar de servicios (cocina y limpieza) en el Nordstadt Krankenhaus de Hannover y su padre en Karl Kammer Strassenbau hasta 1970. Luego encontraron trabajo los dos en un vivero de plantas en Hannover (Gartenbaubetrieb Nölle). 

Cuando Luis llegó a Galicia en 1986 el choque fue duro. Franco llevaba poco tiempo bajo tierra y la mentalidad (al menos en Galicia) estaba todavía en plena transición. La Universidad de Santiago fue para él decepcionante, sobre todo la Facultad de Derecho, donde lo importante era memorizar. Para él, que procedía de un sistema escolar alemán de estudio autónomo, donde el  pensamiento crítico (incluso contra el criterio del docente) estaba normalizado y bien visto, en España se sintió incómodo, porque decir algo en el aula era muy sospechoso, o incluso indeseable.

«También me sorprendieron los estereotipos sobre Alemania. Supongo que algunos creían que los alemanes seguían siendo nazis y me saludaban con «Heil Hitler» (y creían con toda buena fe que era así) y para los más conservadores (sobre todo los de mi generación) Hitler fue el político más grande».

Desde enero de 2018, Luis Gulín es secretario Provincial de Migraciones del PSOE de la provincia de Ourense. Es una tarea política, pero que él la tomó desde el principio como una función de apoyo, asesoramiento e información para el colectivo de emigrantes retornados de países europeos, especialmente los retornados de Alemania.
Por ejemplo, estos tuvieron problemas con Hacienda en la época del ministro Montoro, que dejó de aplicar el convenio hispano alemán de los años 60, por el cual los retornados no tenían que hacer declaración de la renta en España, y de buenas a primeras se vieron obligados a hacerla.

Ahora se ocupa del nuevo convenio del año 2013, según el cual, todos los que perciban pensión de Alemania y residan en España tienen que hacer la declaración de la renta ante el llamado Finanzamt Neubrandenburg. «Algunas formaciones políticas insisten en que es para fastidiar al emigrante gallego o español retornado. Desde mi área intentamos desmentir ese bulo porque ese convenio afecta también a miles de alemanes residentes en la Costal del Sol, Baleares o Canarias. Eliminar ese impuesto solo para los españoles es jugar con los sentimientos de las personas, cosa que no admito. Siempre intento informar lo más exacto posible, para bien o para mal». 

Desde 2018 el PSOE de Ourense jamás ha recibido queja o denuncia por parte del colectivo de retornados por información falsa. Incluso recibe peticiones de gente de fuera de Galicia quienes aseguran (esto le llena de orgullo y satisfacción) que son los únicos en toda España que informan bien y que atienden con rapidez.

Ha comprobado, cuenta, que muchos de los retornados tienen experiencias muy buenas, y algunos incluso se arrepienten de volver a España. «Es frecuente encontrarme con ellos algunas veces en Aldi o Lidl en Ourense cuando hay productos alemanes en oferta». La morriña es inversa: el orden, la atención al público en la administración, la puntualidad, la amabilidad de las personas con las que convivieron allá, son cosas que extrañan. Pero reconocen que con las pensiones que reciben de allí aquí viven más o menos bien, allá sería muy justo». 

Trabaja también con migrantes de otros países, p. e. de África. Ve puntos idénticos con la emigración a Alemania desde otros países europeos en los años 60 y 70: creación de asociaciones, p. e. las de Senegal, Marruecos, Venezuela o Colombia, o la creación de establecimientos con comida propia del país. En cuanto a la religión, los musulmanes con sus mezquitas, los suramericanos con sus iglesias evangelistas, y la organización de fiestas culturales y gastronómicas como espacio para darse a conocer ante la población española».

La situación política española la encuentra crítica: «A algunos les interesa polarizar y tensionar para conseguir sus fines políticos. Predomina lo emocional sobre lo racional, pero me preocupa más el avance del extremismo de derechas en la gente joven y también en el colectivo de emigrantes en el exterior. Muchos hablan de que estamos en la era de la información. Yo creo que nos encontramos en la era de la desinformación, y esta es aplicada como arma política y social. La llegada de Trump a la Casa Blanca no me da muchas esperanzas de que esto vaya a cambiar, incluso se empieza a copiar e imitar en ciertos sectores de la población española su filosofía.

 

Éxitos de Luis Gulín

Uno de sus éxitos fue conseguir que los retornados de Alemania recibieran en España el llamado Pflegegeld, subsidio de cuidados, de la correspondiente Krankenkasse (seguro) alemana.  Él les ayuda a preparar la documentación, en el complicado alemán administrativo, que los afectados no podrían hacer solos.